Nació
en Cutral-Có, en 1983. Creció y estudió en San Miguel de Tucumán. Desde que
terminó sus estudios universitarios en artes plásticas (2007) ha viajado por
gran parte de Argentina haciendo residencias para artistas, talleres, muestras
individuales y colectivas (en las que expone sus fotografías y textos); se
relaciona con grupos de artistas gestores, que le han enseñado a hacer posibles
deseos vinculados al arte, la alegría, la emoción y la libertad. Como parte de
COO, “cooperativa de jóvenes artistas tucumanos”, ha sido co-editora de
publicaciones y libros. Investiga y escribe sin disciplina. En el 2013 trabajó
por seis meses en La Habana (Cuba) y eso cambió su forma de entender la vida.
Ha
publicado en el año 2010 Amores coreografiados, un libro de relatos en pequeño
formato editado por Ediciones Tiramisú (Bs. As.). Esporádicamente escribe para
publicaciones relacionadas a artes visuales, y para catálogos de exposiciones
de artistas. Por dos años escribió en el suplemento de justicia, política y
cultura “Otros Territorios”, publicado con el Nuevo Diario de Salta.
Blog:
andrei-fernandez.blogspot.com.ar
(fragmento
de diario habanero)
Cuando
desperté hoy pensé que iba a ser otro día igual, de bañarme con el balde y
beber el pequeño café dulce mientras Teresa fuma en la ventana y la procesión
al auto cargando el almuerzo enfriándose y el mar más azul o más gris chocando
contra las piedras y el túnel y la Habana Vieja y el estacionamiento con el
rostro del Che despintándose y las mujeres presumiendo sus caderas
fosforescentes y las escaleras que quitan el aire y el murmullo aturdidor del
aire acondicionado y la sonrisa de Nereida con sus ojos pequeños con grueso
delineado y ese pañuelo liviano al cuello y la bronca y risa de Jesús con su
calculadora y los papeles y el excel y caminar por el pasillo mirando de reojo
al vértigo y calentar el agua para el mate y mirar la terraza del otro lado del
patio e imaginar que se podrían hacer tantas cosas ahí si las cosas no serían
como son y la computadora con la página cargándose mientras todos se mueven
como siguiendo una coreografía y la bandeja de entrada vacía y esperar que
pasen las horas y escuchar charlas ajenas y pensar de nuevo que todo es tan simple y tan ridículo y cuánto
extraño. Pero no, no pasó nada de esto, esta mañana María me dijo: hoy mejor no
vayamos a la oficina, vamos a la playa.