Mateo de Urquiza

(Jujuy. 1992) Es poeta, actor y dramaturgo. Estudió en la Escuela Provincial de Teatro “Tito Guerra” y cursó seminarios con maestros tales como Lorenzo Quinteros (Actuación. Jujuy, 2007), Gonzalo Marull (Dramaturgia. Jujuy, 2007) y César Brie (Antropología teatral. Jujuy, 2008). Con este último colaboró en el proceso creativo del espectáculo Albero senza ombra (Sucre – Bolivia. 2010).
Participó de recitales de poesía en San Salvador de Jujuy (Poetas 3D, Calidoscopio y De poetas y locos, 2008-2011) y en la Ciudad de Buenos Aires (Asosicación de Poetas Argentinos: La Juntada, 2010). Parte de su poesía fue publicada en diversas revistas, impresas y virtuales, y en la antología Once (Ed. Intravenosa; Jujuy, 2011).
En 2011, fue becado por el Instituto Nacional del Teatro para estudiar dramaturgia con Mauricio Kartun e Ignacio Apolo (Capital Federal). Paralelamente, estudió Dirección y Puesta en Escena, con Emilio García Wehbi (Capital Federal, 2011), con quien actualmente trabaja en los espectáculos Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier hijo de puta y Agamenón. Volví del supermercado y le di una paliza a mi hijo.
En el marco de la beca otorgada por el INT dictó en enero del 2012 un Seminario de Dramaturgia que se desarrolló en las instalaciones de la Casa Museo Macedonio Graz y un Curso de Dramaturgia en el Teatro de la Vuelta del Siglo (Jujuy).



La tormenta

Esta noche silenciosa,
en un lugar sin nombre,
fui testigo blanco
de un carnaval oscuro.

Por cada hombre del mundo
un rayo
y por cada día
un amanecer fugaz y repentino.

Un delta blanco en cada punto
del estero redondo y sin fin
agrietaba el cielo y mi tristeza.

Arriba de mis ojos
hay una lluvia de noche sobre noche,
y un viento me empuja hacia el sur
y delante de mí,
un centurión plateado de fuego
hace de cobre el firmamento negro.

Yo, que he visto el espectáculo
de la furia de los hombres,
esta noche parecida a la nada,
fui testigo de otra furia y de otra fiesta.

Tuve angustia y miedo y frío
y alegría y maravilla y ron.
Fui poseedor de un secreto tesoro
que es el cielo.