Nació en Salta en el 84, el año de Orwell y el Gran Hermano.
Finalmente, el mundo no desapareció y los soviéticos perdieron. Probablemente
perdieron unos cuantos más. En el 2001 terminé el secundario y me dediqué a
estudiar Letras en la universidad pública de mi ciudad. Nunca me recibí. Al
mismo tiempo, fui aprendiendo a escribir a raíz de mi amistad con personas como
Pepe González, Rodrigo España, Diego Chuky Ramos, Cubano Arroyo, Alejandro Luna
y Fernanda Salas. En una época pensamos que no hacía falta más que esta amistad
para publicar libros y revistas y por eso lanzamos a la realidad la revista
Kamikaze, el libro Crack de Pepe y luego, algunos, nos deformamos en YA ERA o
Equus Pauper o quilla y seguimos editando papeles, mucho papel, a veces
incendiados. Gracias a esta experiencia de trabajo colectivo, autogestionado e
independiente, descreo de las instituciones culturales del estado y de sus
discursos aplanadores de la creatividad social. Publiqué libros, algunos de
poemas, pero eso no es lo importante, lo importante es encontrarnos mientras
nuestras plantas, nuestras descalzas plantas, anden llevándonos sobre la
tierra. Finalmente, el mundo no ha cambiado, a pesar de nuestros sueños. En la
actualidad vivo como si la catástrofe ya hubiese sucedido. No es un consuelo
escribir pero lo hago en http://elindiegente.blogspot.com.ar/
LA GOTA
Cae justo donde lo que no se tiene.
quizás te ves en lo negro.
tu alma cumple su mayoría
y entrega el esqueleto
hecho un flan sin careta.
desavenido. tarde.
gastado el cuero por la lima.
a veces plantás un pie en el monte:
vertés la baba ida y vuelta
en un frágil vértice.
no hay mejor babel para esta confusión.
y también sucede cuando estás callado
y a solas con tu ojo:
la blancura, su divino párpado se abre
y come.
entonces
habrás de levitar en lo imposible,
guardar las nervaduras del árido fricar en bondi,
del ordinario turno comercial,
salvar la piel del reptílineo alcance de la ley,
del quieto venir del suelo.
la gota,
en su porfiar terrestre,
muere de un soplido.